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Lo imaginario se hace real en tanto genera un efecto real en los social; en este sentido, no es una ilusión diferente de la realidad Armando Silva

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Armando Silva es una de las figuras centrales para poner en la agenda el tema de los imaginarios urbanos y este libro puede considerarse una actualización de sus puntos de vista. Su autor llega ahora a la conclusión de que los imaginarios están hechos de estética por lo que los ciudadanos, bajo esta condición, pueden ser dominados por distintos sentimientos que imponen visiones del mundo. “Cuando la sociedad está bajo asombro es el momento propicio para la construcción imaginaria” lo que hace que en las ciudades dominen por momentos sentimientos como el miedo, la rabia o las esperanzas. Esta novedosa mirada del asombro se conecta con distintas corrientes de pensamiento en las que el ser humano puede quedar absorto ante lo inesperado y sucumbe con reacciones sociales compartidas.

Este enfoque de extrema subjetividad, de búsqueda incesante de instantes efímeros, donde los ciudadanos actúan casi como artistas contemporáneos, más sobre lo que desaparece (el fantasma urbano) que sobre lo corpóreo, y donde la realidad existe porque es imaginada y por tanto los ciudadanos pueden “sentir un olor inexistente como hecho real”, pasa por varias reflexiones que Silva no deja de hacer evidente –y a veces conmovedor- presentando extraordinarias fotos o modelos de percepción. Los imaginarios poseen hoy notables influencias en estudios sociales y quien quiera conocer sus fundamentos y seguir su desarrollo tiene en esta obra uno de los más finos y amenos instrumentos para su comprensión.